En una noche de invierno, con la ausencia de las aglomeraciones de turistas con sus cámaras ocupando todas las calles; es un lujo perderse entre las callejuelas que comprenden el casco histórico de Ronda: callejones estrechos, las fachadas de las casas y palacios, sus plazas e iglesias. Solo pasear tranquilamente y después si queremos tomar algo en alguno de los muchos restaurantes que nos ofrecen su gastronomía.
En la plaza Duquesa de Parcent, donde se encuentra el ayuntamiento y la iglesia de Santa María la Mayor podremos dejar cómodamente nuestro vehículo.
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